Un paseo hacia ningún lugar.

Con la tontería pasa el tiempo y si… ahora si que pasa algo , pasa que sigue sin pasar nada. Llegas a ese maldito punto donde disfrutas más que nunca del presente , te ríes con el pasado y empiezas a pensar que será de ti en el futuro , planeas aventuras que vivirás con los de siempre pero también ronda por tu cabeza el pensamiento de que ese “Nunca” del que tanto se habla, tarde o temprano es arrasado por el calendario y la facilidad con las que se deslizan sus hojas.

Para que sentar la cabeza si acabo sin querer apoyado en el hombro de alguno de los que nunca se fueron , los que llevan sujetando esto años y años. Maldito sea ese miedo a afrontar el futuro , pasarán trenes y unos irán allí y otros más allá… ese “Siempre” tan famoso en las bocas humanas se desmorona y se convierte en un bonito recuerdo. Lo único que nos queda es alargar esto todo lo que el tic tac nos soporte.

Tal vez sea yo mismo me lea en diez años y me sorprenda de que ninguno de mis codos con codos de antaño sigan en mi agenda y que todo lo que se creo en unos años se esfumo mes a mes , mirar de reojo tu vida y ver que todo es como has querido , pero no como imaginaste y ver que ese sentimiento de culpabilidad quema por dentro… Cada uno sigue su camino pero peor solo que bien acompañado. Tren a tren , año a año somos diferentes, el “Siempre” y el “Nunca” no dejarán de traicionarte.


¿Y sabes que pasa? Nada no pasa nada. Supongo que nos hacemos mayores.
Realmente madurar es saber que es lo que importa.

Un pasajero de un tren al que me subí me dijo un día “Los amigos te marcan la vida”.

Tenía razón.

.