Me quiero ir a dormir.

Y tu qué ,naces ,guardería ,primaria ,ESO... todo sencillo ,empiezas a vivir.
Y pasa un verano y llegas a bachillerato ,tu vida comienza su perdición ,2 años totalmente estresado ,donde acabarás con ganas de no volver a tocar un libro... ¿Y de qué dependes? , de números ,putos números.
Después selectividad ,números ;UNI ,otros 5 años como mínimo con más números.
Una vez acabado con tu puto bachillerato ,tu puta carrera y tu puto inglés te ves inmerso en el mundo laboral ,donde sorprendentemente ,llegas a tu trabajo conseguido (con suerte ,tus números y tu inglés). Y aquí no es diferente ,trabajar ,trabajar y trabajar. Todo por más números.
Números para comer ,para ducharse ,ropa ,impuestos ,ocio ,luz ,seguros , esa casa con la que soñaste ,esos hijos y ese perro al que siempre pensaste en llamar Tobby.
Metido de lleno en la rutina monótona y global ,de la cual escapas en tu tiempo libre.
Igualmente te olvidas de lo que siempre te ha gustado ,de lo que siempre te empujó fuera de la cama para afrontar un día más ,de lo que siempre te motivó para vivir.
Una vez jubilado con 70 años ,analizas tu vida y te das cuenta de que fuiste uno más dentro de la felicidad no completada.
Nadie dice que no vayas a ser feliz ,sino que nunca o en muy pocos casos ,conseguirás lo máximo. Somos así de exigentes.
Mundo imperfecto ,seres imperfectos y todos en busca de la perfección.

Bienvenido al sistema de los números del mundo.